Leyendo el blog de Articulate (del cual confieso que soy fan) me llamó especialmente la atención este artículo, cuyo título en español sería “Cómo muchas organizaciones echan a perder sus cursos de capacitación online”. Tom Kuhlmann es un gran instructor de técnicas de diseño aplicadas al eLearning, así que comienza describiendo el nivel de creatividad que ve a diario en sus cursos. Luego se hace la siguiente pregunta:
Si no es la falta de creatividad,
¿qué es lo que hace que haya tantos cursos de eLearning tan malos?
Y se contesta analizando estas 3 razones:
1. No hay objetivos de desempeño
Son varios los cursos que sólo existen por razones legales o regulatorias. Estos cursos no son diseñados para cambiar conductas o comportamientos, la única expectativa es que los colaboradores de la organización completen la capacitación en determinado tiempo. En este contexto, las organizaciones se rehúsan a destinar recursos para capacitaciones que no van a mejorar la performance de sus empleados, “lo cual tiene sentido” afirma.
2. Recursos limitados de diseño gráfico
Una de las grandes diferencias de los cursos de eLearning que ganan los concursos es “como se ven” esos cursos, es decir el diseño gráfico con el que cuentan. Sin embargo, son muchos los casos en los que no hay un diseñador gráfico y el equipo está limitado a utilizar los recursos gratuitos que se encuentren online. El autor finaliza este punto recomendando que haya un diseñador gráfico en el equipo, para que los cursos tengan una coherencia visual.
3. Presupuesto cero
La falta de compromiso en términos de presupuesto es uno de los mayores problemas en nuestra industria, afirma el autor. Las organizaciones no siempre invierten en capacitar a sus propios colaboradores del sector de eLearning y rara vez otorgan presupuestos acordes a la necesidad.
Una mirada personal
El artículo me resultó interesante para analizar semejanzas y diferencias con las organizaciones y casos que conozco en función de mi experiencia de trabajo en Argentina. El tema de los objetivos de desempeño inexistentes me hizo pensar en todas las veces que no se termina de comprender la importancia de algunas temáticas obligatorias. Me refiero a las capacitaciones que abordan temas legales, de auditoría, de seguridad e higiene, acoso laboral, prevención de lavado de dinero, etc.. Conocí a directivos de empresas que creen honestamente -como pareciera creerlo Tom, en cierto punto- que la única expectativa legítima con estos cursos es lograr que la gente los complete. Simplemente eso.
Estos cursos podrían ser más interesantes si se comprendiera que también afectan al desempeño y que también podrían disparar un cambio de conductas. Además, hacerlos con más cuidado revelaría que la organización se preocupa también por la factura de sus cursos obligatorios.
Respecto al pobre diseño gráfico, mi visión es algo distinta: vi muchos cursos creados por diseñadores gráficos de gran nivel, pero sin experiencia en eLearning. Las formas y los colores combinan, las tipografías son apropiadas, pero el contenido tiene poco sustento pedagógico. Son cursos que denotan poco análisis del enfoque didáctico.
También he visto búsquedas laborales para departamentos de eLearning que buscan recursos con “habilidades de diseño y de programación“, ambas en la misma persona. Es discutible que una sola persona pueda hacer muy bien las dos cosas, pero aún así en esa búsqueda falta el diseño instruccional.
Los equipos interdisciplinarios que funcionan como verdaderos equipos colaborativos son una combinación de las tres cosas: diseño instruccional, diseño gráfico y desarrollo o programación. Esa es la mejor tríada a la hora de diseñar, desarrollar e implementar cursos de eLearning.
En relación al presupuesto, el autor cuenta una anécdota propia que seguramente a más de uno le sonará familiar, sobre todo si el diseño de los cursos se hace in company. Probablemente hayas vivido una situación en la cual pediste a la organización en la que trabajás una suma ínfima de dinero para comprar unas buenas imágenes, un software o un servicio online que te permitiría un mejor diseño de eLearning. Si te animaste a hacer ese pedido, seguro te encontraste con excusas de todo tipo, pedidos exagerados de justificaciones, reuniones de debate sobre la compra y sugerencias acerca de cómo hacer lo mismo con recursos gratuitos. Si uno cuantificara todas esas horas gastadas por la organización en denegar el pedido, seguramente su valor en dinero sería superior al de la suma necesaria para mejorar los cursos. Parece que esto también pasa en otros lugares.
Bonus track de razones
Por mi parte, agregaría estos 3 puntos al listado de Cómo Arruinar Tus Cursos de eLearning:
- Tener objetivos poco claros o perderlos en el camino.
- No planificar ni acompañar la transferencia a la tarea luego de la capacitación.
- Priorizar los pedidos de duración (“lo más corto posible que la gente está muy ocupada”) por sobre los objetivos y el perfil de los participantes, sobre todo de sus conocimientos previos.
Y desde tu punto de vista, ¿qué otras maneras hay de arruinar los cursos de eLearning?