Las siguientes recomendaciones son para grabar una clase, con el objetivo de producir cursos en video basados en capacitaciones presenciales. Están basadas en nuestra propia experiencia y podrían no ser aplicables en todos los casos.

No son recomedaciones del tipo encuadrá con tu cámara y dejala grabando, cosa que puede hacerse perfectamente pero que no alentamos. Nuestra hipótesis es que si producimos materiales con cierto cuidado, las personas que acceden a estos materiales perciben ese cuidado y la experiencia de aprendizaje es más placentera y efectiva.
La cámara para grabar una clase
Las cámaras de video de algunos teléfonos celulares podrían hacer un buen trabajo a la hora de grabar un curso, con ciertas restricciones: no tienen un micrófono externo y no tienen un control de zoom usable. En este video de Wistia lo muestran muy bien, es un post sobre micrófonos pero hay un momento en el que graban con un iPhone a una persona hablando y el resultado es aceptable. Tengamos en cuenta que la persona grabada está a menos de 2 metros de la cámara y el ambiente de esa prueba es un estudio silencioso.
Ahora bien, si no tenemos ese esquema de capacitador hablando desde un punto fijo y muy cercano a la cámara, vamos a necesitar algo como ésto:
Es decir, una cámara que al menos incluya conexiones externas para micrófonos y un control de zoom de fácil manejo. Por supuesto, también un trípode.
En la sección de servicios de MercadoLibre aparecen equipos como éstos ofrecidos en alquiler. Se pueden contratar por jornada de grabación con el camarógrafo incluído, que es la clave de todo este asunto. En Buenos Aires y al día 10/01/2019 se puede contratar a un operador con su cámara, trípode y micrófono inalámbrico por U$S 40-50 la jornada.
El micrófono externo
El micrófono externo es el elemento clave para grabar una clase o un curso presencial, porque el micrófono propio de la cámara registra todos los sonidos del ambiente, incluyendo los que no escuchamos naturalmente. En una situación de curso presencial real, el micrófono es un requisito ineludible.
De qué micrófono hablamos. El micrófono externo debe ser como el de la imagen. Es un micrófono inalámbrico o wireless, es decir sin cables y de tipo solapero o corbatero. Estos micrófonos tienen dos partes: el receptor, que se conecta a la cámara y el emisor (con el micrófono propiamente dicho) que es lo que lleva el capacitador en un bolsillo o colgado en la parte de atrás del pantalón, vestido o lo que lleve puesto. Es algo mínimamente invasivo, pero captura el sonido en forma excelente.
Atención: las dos partes del micrófono llevan pilas y suelen tener una autonomía de 8 horas, después de lo cual la calidad de sonido empieza a decrecer vertiginosamente. Es recomendable ponerle pilas nuevas a las dos partes del micrófono antes de empezar cada jornada de grabación.
Ubicación. El micrófono propiamente dicho o “la cápsula” se abrocha en la ropa del capacitador, cerca de su boca. Recomendamos que el micrófono no quede en un lugar visible, para ello puede ubicarse detrás de una solapa (por eso se llaman solaperos) o debajo de una camisa o suéter. Si se ve todo el tiempo, es molesto para el usuario que ve el material después y para el mismo capacitador, que no puede olvidarse de que está siendo grabado.
Conexión. Una cámara de video como la de más arriba tiene dos entradas de audio, denominadas CH1 y CH2. El receptor del micrófono tiene que conectarse a uno de esos 2 canales de audio, no importa a cuál. El otro canal de audio debería recibirá el audio general del ambiente, esto puede lograrse con el propio micrófono propio de la cámara o con un segundo micrófono externo de tipo direccional. Este doble ingreso de sonido es un reaseguro en caso de corte del micrófono corbatero, pero también es una manera sencilla de capturar el audio de las preguntas de los alumnos. El audio de las preguntas hace una diferencia enorme a la hora de editar el curso.
La prueba. Antes de que empiece la capacitación no solo tenemos que probar el sonido, sino también las condiciones de luz el lugar. Deberíamos tener la tranquilidad de que la grabación en general va a salir técnicamente perfecta. Para ello, es una buena práctica explicarle al capacitador o profesor lo que vamos a hacer, decirle en cuánto tiempo estaremos listos para comenzar y pedirle que nos de la posibilidad de hacer 1 minuto de prueba. Puede contar hasta 10 o decir la primera frase de un poema, cualquier cosa, pero lo ideal es tener la seguridad de que la imagen y el sonido de la clase van a salir perfectamente bien.
Dónde pongo la cámara
La decisión de ubicar el trípode a un costado del aula para “no molestar” a los alumnos es una mala idea: el docente nos quedará mirando todo el tiempo de perfil, apuntando su mirada hacia un costado de la pantalla. El mejor lugar para la cámara y su trípode es la zona central del aula, para que la mirada del docente quede lo más frontal posible al eje de la cámara. La distancia ideal, sin embargo, habrá que verla de acuerdo a las posibilidades que brinde el zoom de la cámara.
Deberíamos ubicarnos a una distancia tal que nos permita hacer un plano medio del capacitador (cara + pecho) pero también un plano general de la situación (capacitador entero + cabezas de alumnos). Es recomendable ir cambiando el tamaño del plano a lo largo de la clase.
¿Me muevo o no me muevo?
Para tener un buen registro de una clase el camarógrafo tiene que acompañar los movimientos del capacitador. Hay capacitadores que caminan un poco, otros hacen ademanes o dibujan, o hacen esquemas en una pizarra. Si hay algo proyectado, hay que poder verlo pero seguramente no durante todo el tiempo. Es decir, el camarógrafo tiene un trabajo continuo mientras dure la clase, tiene que reencuadrar a cada minuto.
Por ello es importante que el trípode permita movimientos fuidos y que el control del zoom sea óptico o físico y no del tipo touchscreen. Las pantallas táctiles no nos dejan hacer movimientos tan fluidos, en general.
Con una única cámara es difícil capturar también la imagen de los participantes cuando preguntan o hacen comentarios o debaten durante la capacitación. En todo caso, si queremos registrar estos momentos en imagen podemos movernos, pero sin cortar la grabación durante el movimiento. Podríamos necesitar ese audio, que se va a seguir registrando perfectamente mientras nos movamos.
Grabar es un buen comienzo, mirá cómo editar tus cursos en video.
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Equipos recomendados: 15 micrófonos seleccionados para cursos.
Los cortes en la grabación
A veces la persona que está grabando tiene que cambiar de tarjeta o de batería en medio de la grabación. Si podemos interrumpir al docente porque ése fue el acuerdo previo, no hay problemas. En este momento se puede esperar a que el capacitador llegue a un final de frase y ahí hacer el cambio. Pero si NO se puede interrumpir la clase, entonces el camarógrafo debería llevar las tarjetas/baterías cargadas dentro de su bolsillo y hacer ese cambio lo más rápido posible.
También tengamos la precaución de clasificar cada tarjeta que sale de la cámara. Unos pocos segundos en ese momento nos pueden ahorrar muchos dolores de cabeza en la edición.
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Seguramente se nos olvidan varios consejos, pero los aquí reseñados son un buen comienzo. Si una capacitación dura varios días quizás se necesiten dos personas que puedan ir turnándose en la operación del equipo, ya que es agobiante trabajar en esa posición durante más de 6 horas corridas.
En cualquier caso, si la capacitación va a durar varios días y se pretende llegar a cientos de personas en forma online, no estaría mal consultar a un camarógrafo profesional.
Si te sirvieron estos consejos, por favor ayudanos compartiendo este artículo! Gracias.